Moléculas a reacción

Blog de divulgación del Instituto de Síntesis Química y Catálisis Homogénea

¿Susto o muerte? Como envolver el bocadillo sin morir en el intento (actualizado)

José Ignacio García Laureiro, ISQCH

Todos hemos visto películas de terror en las que el “monstruo” de turno reaparece una y otra vez después de que, supuestamente, se le ha matado convenientemente. Puede ser un alien, un vampiro o un zombi, no importa. El caso es que, cuando el espectador menos se lo espera, vuelve a aparecer súbitamente en la pantalla, y le da un susto morrocotudo.

Con algunas noticias pseudocientíficas parece suceder lo mismo. Uno piensa que ya se ha demostrado suficientemente su falsedad y que se las ha “matado” para siempre, pero resurgen una y otra vez, aparentemente indemnes. Una de tales noticias es la que nos advierte de la peligrosidad de envolver los alimentos con papel de aluminio por el lado “incorrecto”.

Hace unos meses, el que esto suscribe recibió una invitación para intervenir en el excelente programa “En Ruta con la Ciencia”, que se emite en Aragón Televisión, y que es conducido por el físico e investigador del Instituto de Ciencia de Materiales de Aragón, Carlos Pobes. Se trataba de grabar una entrega de la sección “Mito o Realidad”, que coordina nuestro colega, bien conocido en este blog, Fernando Gomollón. En dicha entrega había que explicar por qué el papel de aluminio tenía dos caras de aspecto diferente, y también que esto no tenía ninguna consecuencia para su utilización. Tenéis un vídeo con la grabación completa en este enlace.

ruta

En este vídeo explicaba que el diferente aspecto de las caras del papel de aluminio se debía al modo de su procesado para enrollarlo. Como las hojas son tan finas, se procesan a pares, duplicando así el grosor total para que no se rompan. De esta forma, las caras internas, que están en contacto entre sí, se rozan y adquieren un aspecto mate, mientras que las exteriores, más pulidas, tienen un aspecto brillante. Por lo demás, ambas son aluminio, sin ningún tipo de producto o tratamiento añadido. Eso sí, el aluminio metálico en contacto con el aire se recubre de una capa monoatómica de óxido de aluminio —lo que los químicos conocemos como pasivación— que convierte a la hoja metálica en más inerte e inofensiva para su uso. Cualquiera que desee ver un vídeo que explica el proceso de fabricación de la hoja de aluminio, puede encontrar éste de Discovery Channel, en Youtube.

Papel de Aluminio

Macrofotografía de las dos caras de una hoja de aluminio. En la parte mate se aprecia claramente la estructura granulosa debida al rozamiento (Fuente: Elaboración propia)

Además, como he comentado al principio del post, la idea de que las dos caras del papel de aluminio tienen propiedades diferentes ha sido repetidamente desmentida en todo tipo de canales y medios. Por ejemplo, por la OCU aquí, o también en distintos blogs aquí y aquí. No me resisto a citar el comentario que mereció la pregunta en el conocido blog El Comidista, coordinado por Mikel López Iturriaga:

Rubia: ¿Por qué lado del papel albal se envuelve la comida? Yo siempre lo había hecho por el mate y cuando me fui a vivir con mi novio descubrí que él lo hacía por el brillo. La verdad que no me importaba mucho, hasta que hace poco vi una receta que en la que recomendaban envolver la fuente del horno con el brillo hacia abajo para que reflectara más el calor a la comida. Y me dije, pues a lo mejor hay alguna diferencia.

Querida Rubia, pues te dijiste mal. Y además te dejaste engañar por las supersticiones ajenas. Tal como explican algunas marcas, el papel de aluminio se usa de forma indistinta por las dos caras, que sólo son diferentes por una simple cuestión de fabricación. Lo del brillo hacia abajo para reflectar más el calor en la comida es tan efectivo como ponerle una vela a San Pancracio, bailar una danza chamánica alrededor del horno o invocar a Yemayá para que el asado te quede bien.

¿Está muerto el zombi definitivamente? Hace un par de semanas, me llegó esta copia de una circular del Sindicato de Funcionarios CSI-F, encabezada con la indicación “Sanidad Córdoba”:

csif

Se nota que el autor o autores de esta circular han “oído campanas”, pero no saben muy bien dónde: “El lado más brillante es así porque se hace un pulido del aluminio para crear una barrera y evitar el contacto directo del aluminio con los alimentos.” Bueno, en realidad, el lado brillante es el normal, y no se realiza un pulido especial, sino que es el lado mate el que aparece debido al rozamiento entre dos hojas que se procesan juntas. Además, la “barrera” que “evita el contacto del aluminio con los alimentos” es la de óxido, que se produce de forma natural por el contacto del metal con el oxígeno del aire.

Pero, ante todo, que no falte una buena frase alarmante. Un poco más abajo, nos encontramos con esta afirmación, con una redacción digna del primo de Stephen King, concretamente el que no terminó la ESO: “Si lo hacemos al revés es decir el no brillante hacia los alimentos, el aluminio entrará como un verdugo invisible en lo alimentos (sic).”

Al margen del nulo soporte científico de tal afirmación, los autores de este despropósito logran en la misma frase arrojar dudas también sobre la competencia de nuestras autoridades sanitarias y de consumo. Resulta que cuando utilizas papel de aluminio distraídamente para envolver o cocinar tus alimentos, tienes un 50% de probabilidades de morir. Si lo haces cada día durante un mes, la probabilidad de que ese “verdugo invisible” entre en tu cuerpo es de 0,999999999. ¡El susto se ha convertido en certeza de muerte! Y, a todo esto, las autoridades de consumo (¡a nivel mundial!), tan preocupadas por poner mensajes en los envases de cualquier cosa, ni han caído en la cuenta de advertir de algo así en las cajas de rollos de papel de aluminio. Cuando la lógica más aplastante desmonta falacias como la que contiene esta circular, el último recurso que suele quedar es apelar a una conspiración internacional, a las multinacionales, o incluso a los reptilianos que habitan entre nosotros.

Señoras y señores de CSI-F Sanidad Córdoba y resto de iluminados que quieren “salvarnos” de una muerte segura. Infórmense, por favor, antes de propagar este tipo de mensajes, y si tan seguros están de los perniciosos efectos de envolver el bocata en papel de aluminio por el lado incorrecto, acumulen evidencias científicas al respecto y utilicen el camino correcto: denúncienlo a las autoridades sanitarias y de consumo pertinentes, y consigan la prohibición de su empleo. Que ya no se comercialicen termómetros de mercurio es la prueba de que ése y no otro es el camino a seguir.

Por cierto, el aluminio sí que posee toxicidad para el ser humano, si se ingiere por vía oral, disuelto en forma de sales. Ya tuve ocasión de hablar de esto hace tiempo, en un post dedicado a los denostados desodorantes con compuestos de aluminio. Si el aluminio se ingiere en forma de compuestos sólidos insolubles, no tiene ningún efecto tóxico sobre el organismo. Recordemos que hay antiácidos estomacales muy populares que contienen hidróxido de aluminio. Por otra parte, la tan cacareada relación entre la exposición al aluminio y el Alzheimer se encuentra desacreditada a raíz de la publicación, hace ya bastante tiempo, de un estudio en Nature, en el cual el análisis de las placas post-mortem de pacientes diagnosticados de esta enfermedad, en cuya preparación no se habían empleado métodos de tinción químicos, revelaron la ausencia de este “verdugo invisible”. Al parecer, los estudios previos en los que se basaba esta sospecha adolecían de fallos metodológicos. Durante el proceso de preparación de las muestras se producía la contaminación de las mismas con aluminio. Es así como avanza la ciencia, mediante estudios experimentales contrastados y continuamente revisados, y no mediante circulares o rumores que se propagan por las redes, y en los que suele faltar hasta la más elemental lógica y sentido común.

NOTA AÑADIDA EL 8 de FEBRERO de 2017

Al parecer, tras el revuelo causado por la vuelta a la palestra del «hoax» de la toxicidad de una de las caras del papel de aluminio, el responsable de comunicación de CSI-CSIF Córdoba han desmentido que se esa información haya salido de  ellos y ha declarado que se trata de una falsa circular. Entretanto, el zombi del aluminio tóxico se ha extendido de nuevo por las redes estos meses atrás, en muchos casos para desmentir su toxicidad, pero desgraciadamente en otros para seguir extendiendo el bulo (no hay más que realizar la búsqueda «papel aluminio tóxico» y ver los resultados recientes). Esperemos que algún día se imponga el sentido común y este tipo de noticias pasen sin pena ni gloria por los medios y las redes sociales, porque ya nadie se las crea.

Acerca de isqch

El Instituto de Síntesis Química y Catálisis Homogénea (ISQCH) es un instituto de investigación química mixto entre el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Zaragoza.

3 comentarios el “¿Susto o muerte? Como envolver el bocadillo sin morir en el intento (actualizado)

  1. Fernando J.
    21/11/2016

    Yo envuelvo mis bocadillos de manera aleatoria con una u otra cara del papel de aluminio… ¿será por eso que cada vez mi memoria es peor? Gracias, José Ignacio, por poner el punto sobre las ies!!

  2. Pingback: ¿Cara buena, cara mala? – Huele a Química

  3. Pingback: ¿Susto o muerte? Como envolver el bocadillo sin morir en el intento (actualizado) - Enlaces Covalentes

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Esta entrada fue publicada en 21/11/2016 por en Materiales, Noticias, Productos de consumo y etiquetada con , , , , .

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