El IES Mor de Fuentes de Monzón es uno de los participantes de esta edición del proyecto CSI-Zaragoza Reloaded. Sus profesores han tenido la excelente iniciativa de lanzar entre los alumnos de 1º Bachillerato Ciencias y 3º de la ESO (para estos últimos de carácter obligatorio) un concurso de redacciones con el tema «cómo sería un día sin química». Desde nuestro blog, queremos felicitar a los profesores y alumnos de este instituto por esta iniciativa y animar a nuestros lectores a que realicen ejercicios similares. ¡Son muy ilustrativos y esclarecedores! Y que mejor forma de animaros que reproducir aquí la redacción que ha sido finalmente seleccionada como ganadora de este concurso. Que la disfrutéis…
Ángel Sanclemente Casermeiro, IES Mor de Fuentes. Monzón (Huesca)Me levanto de un profundo sueño en un lugar donde no existe la química, no hay pesticidas, no hay contaminación, no hay centrales nucleares, respiro aire puro. Parece un buen lugar, ¿No?
Hago mi cama, preparo mi mochila, tomo mi vaso de leche. ¡Espera! ¿Dónde está mi vaso de leche? Claro, no hay pasteurización, ni bactofugación [1], ni ningún proceso químico parecido. Bueno, puedo vivir sin leche, así que tomé mi tostada, y me fui a lavar los dientes, pero, sin pasta de dientes y sin jabón, sin ningún producto de limpieza: todos son fruto de la química.
Ya me estoy mosqueando, voy al colegio sin lavarme los dientes y sin un buen desayuno, pero, bueno, me consuela que no hay radiación ni CO2 en la atmósfera; quizás tenga que hacer ese sacrificio para vivir más sano. Espera. Llueve. ¿Dónde está mi paraguas de plástico? Plástico… hecho de polímeros obtenido también por la química. ¡Otro utensilio de la ciencia que no voy a poder utilizar! Voy a mi instituto, con una hoja en la cabeza de la cala [2] que tiene mi madre en el jardín. Algo evitará que me moje. Como llueva muchos días más, me voy a quedar si maceta.
Llego al colegio, mojado, ¿por qué estamos solo cinco personas en clase? ¡El motor! El motor del autobús que trae a mis compañeros de los pueblos cercanos, funciona mediante la combustión de la gasolina, pero claro, no hay combustión, no hay energía, no hay autobús.
Comienza la clase, la de matemáticas, y cuando voy a escribir mi 2+2=4, ¿por qué mi boli no pinta? Es nuevo, lo compré ayer, ¡Ah! la tinta está formada por colorante, resinas, disolventes y algunos aditivos, y todo eso es producto de la ciencia, así que, me quedo sin hacer mis deberes.
Vuelvo a casa una hora antes de lo normal, porque no existe la química, y por lo tanto, no tengo esa asignatura. ¡Menos mal, algo bueno tenía que tener este día!
Al llegar la tarde preparo mi bocadillo para merendar, antes de irme a entrenar, y cuando lo voy a envolver, me falta el papel de plata. Pues nada, a por la segunda hoja de la cala de mi madre.
Regreso de entrenar, cansado, sediento. Voy a la nevera a coger mi bebida energética, ¡Oh no! ¡Otro producto de la química! Me tengo que amorrar al grifo y a cenar.
Me voy a la cama y comienzo a pensar, ¿En mi cuerpo no ocurre la respiración celular? ¿Mi cuerpo no realiza la glucolisis? ¿Mi cuerpo no utiliza biocatalizadores? ¿En mi cuerpo no hay enzimas? ¿Todo esto no es química?
Miro mi mano, ¡está desapareciendo! No noto mis pies, ¡se están gangrenando!, siento un dolor insoportable, siento una gran angustia. ¡Ayuda, ayuda!, grito. Cierro mis ojos fuertemente. Es mi fin.
Pellizco fuerte mi brazo y despierto, voy corriendo al baño: está mi pasta de diente. Miro mi garaje: está ahí mi paraguas. Y miro mi jardín: mi cala está sana y salva. Menos mal, ha sido todo una horrible pesadilla. No quiero volver a pasar un día sin química.
[1] Bactofugación: Proceso que elimina las bacterias mediante centrifugación
[2] Cala: es una planta herbácea vivaz, de origen sudafricano
Estupenda iniciativa y excelente reflexión! Enhorabuena.
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wow.. que buena historia 🙂